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sábado, 25 de febrero de 2017

Proyecto integrador. Vacunas, pesticida y antibióticos. Usos y abusos





Vacunas, pesticidas y antibióticos. Usos y abusos.

Introducción:

Vacunas. Se entiende por vacuna cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos. Puede tratarse, por ejemplo, de una suspensión de microorganismos muertos o atenuados, o de productos o derivados de microorganismos. El método más habitual para administrar las vacunas es la inyección, aunque algunas se administran con un vaporizador nasal u oral. Los resultados terapéuticos que se obtienen con la inmunoterapia son, por lo general, inferiores a los que se derivan del empleo de glucocorticoides inhalados y otros fármacos.

Pesticida. Un pesticida es cualquier sustancia o mezcla de sustancias dirigidas a destruir, prevenir, repeler, o mitigar alguna plaga. El término pesticida se puede utilizar para designar compuestos que sean herbicida, fungicida, insecticida, o algunas otras sustancias utilizadas para controlar plagas. El uso extensivo de pesticidas sintéticos derivados de los hidrocarburos clorados ha tenido efectos colaterales desastrosos para el medio ambiente. Estos pesticidas son muy persistentes y resistentes a la degradación biológica. Muy poco solubles en agua, se adhieren a los tejidos de las plantas y se acumulan en los suelos, en el fondo de las corrientes de agua y los estanques, y en la atmósfera.

Los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas. La resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos. El uso masivo de los antibióticos durante las últimas décadas está ejerciendo una presión selectiva en el mundo de las bacterias, desencadenando, de modo alarmante, resistencias a numerosos antibióticos. Como resultado, tratamientos terapéuticos que en un principio fueron eficaces ahora resultan inocuos.


Desarrollo:
¿Qué es la resistencia microbiana?
La resistencia es la forma de las bacterias a impedir que los antibacterianos actúen sobre ellas.
Hay dos tipos de resistencias:
*Resistencias Naturales: Bacterias que no tienen pared bacteriana, la bacteria no se ve afectada por antibióticos que ataquen su pared, ej. Penicilina.
*Resistencia adquirida: Son bacterias que antes no eran resistentes a los antibióticos y ahora sí.
Las resistencias adquiridas pueden ser por:
*Resistencias debidas a mutaciones en el Adn bacteriano.
*Adquisición de información genética del exterior: La bacteria obtiene las características del ADN del exterior.
Desde el descubrimiento y empleo a gran escala de los antibióticos, numerosos patógenos a los que se había considerado vencidos no han cesado de desarrollar resistencia a estos medicamentos. Para averiguar cómo logran sobrevivir las bacterias ante los antibióticos, los investigadores estudian el resistoma, el conjunto de genes que transforma un patógeno vulnerable en resistente. El estudio del resistoma del organismo humano y de otros entornos naturales demuestra que se había infravalorado la cantidad de genes de resistencia. El intercambio frecuente de estos entre distintas especies y ambientes ha favorecido la difusión de la resistencia. Este conocimiento ofrece una base más sólida a la hora de plantear nuevas estrategias contra las enfermedades infecciosas que se han vuelto intratables.
El resistoma se define como el conjunto de genes que contribuyen de manera directa o indirecta a la resistencia a los antibióticos. De tal manera, que el patógeno pasa de ser vulnerable a ser resistentes.

¿Cómo se relaciona la resistencia microbiana con: el cambio de la vacuna de la gripe estacional o influenza cada año y la resistencia de las plagas al uso de pesticidas?

La influenza es una enfermedad respiratoria provocada por los virus de la influenza. Existen dos tipos principales de virus de la influenza (A y B), pero muchas cepas diferentes de cada tipo. A menudo, a las enfermedades provocadas por estos virus simplemente se les llama, de manera colectiva, “la gripe.”
Los virus de la influenza cambian constantemente; pueden mutar de una temporada a otra, e incluso pueden hacerlo dentro del curso de una misma temporada de influenza. A medida que el virus de la influenza se reproduce (es decir, se copia a sí mismo), la composición genética puede cambiar de tal manera que hace posible que el virus se haga resistente a uno o más de los medicamentos antivirales que se utilizan para tratar o prevenir la influenza. Los virus de la influenza se pueden volver resistentes a los medicamentos antivirales de manera espontánea o emerger durante el curso del tratamiento con antivirales. Los virus con resistencia a los medicamentos varían en su capacidad para transmitirse a otras personas.
Como aparecen con frecuencia nuevas cepas de influenza, la vacuna contra la gripe estacional cambia cada año. En general, cada vacuna estacional está diseñada para proteger contra tres cepas de influenza: dos cepas tipo “A” y una cepa tipo “B”. De principio a fin, desde la selección de las tres cepas a atacar con la vacuna hasta la producción del producto final, el proceso de desarrollo de la vacuna contra la gripe estacional puede durar hasta ocho meses.

La resistencia a los pesticidas

A menudo, la resistencia de un insecto a un producto modifica su sensibilidad a otros productos. El sitio de la resistencia en los artrópodos son los genes, traídos por el ADN cromosómico la “resistencia” puede ser: cruzada, múltiple, no cruzada y cruzada negativa.
Cuando un insecto está en contacto con un insecticida, el proceso de intoxicación ocurre en 3 etapas:
La resistencia resulta de la selección hecha por aplicaciones seguidas, sobre individuos que ya tienen una cierta pre-adaptación dentro de la especie, y llevan genes de resistencia responsables de cambios en la bioquímica y la fisiología del insecto. Esa pre-adaptación pudiera haberse producido por mutaciones naturales o bajo la acción de tóxicos naturales.
Esta teoría es opuesta a la que pretende explicar que la resistencia es debida a fenómenos de post-adaptación, siendo las aplicaciones del tóxico las responsables del comportamiento fisiológico que pudiera ser transmitidos a la progenie.
Todo eso quiere decir que no se puede saber si una especie puede conseguir resistencia aplicando un tóxico y en tal caso en cuantas aplicaciones, si es que el insecto está predispuesto a la resistencia.
Etapa de absorción y penetración (ingestión, contacto, inhalación).
Etapa de metabolización para la eliminación del tóxico.
Etapa de intoxicación en la cual el producto ya metabolizado más o menos, va a blooquear el sitio sensible cuya consecuencia es la muerte del insecto.
Una modificación dentro de una o más de estas 3 etapas puede conducir a un cambio en la sensibilidad del insecto al insecticida.
Los casos de resistencia en el campo son escasos, afortunadamente. Pero para quedarse en esa situación es preciso entender mejor como aparece el fenómeno como se desarrolla y cuáles son los factores de desarrollo para limitar su influencia.
Los factores de aparición de la resistencia son clasificados en cuatro grupos:
Factores genéticos
Frecuencia, número y dominación de los genes de resistencia, selección anterior por otros ingredientes activos.
Factores biológicos
Duración del ciclo del insecto, progenie, monogamia, poligamia y partenogénesis (reproducción sexual).
Factores de hábito
Aislamiento del insecto, movilidad y migración.
Factores operativos
Estructura química del plaguicida y su relación con otros productos anteriores, formulación, persistencia de los residuos, dosis, método de aplicación.
Los factores genéticos y biológicos son inherentes a la especie y no pueden ser modificados por el hombre. Pero deben ser bien conocidos para evaluar el riesgo de resistencia Los factores operativos están, al contrario, bajo nuestra dependencia y tenemos que actuar sobre ellos.



Conclusión:
Tomar antibióticos para los resfriados y para otras enfermedades de origen viral no solo no sirve para nada, sino que, además, puede tener peligrosos efectos secundarios. Con el tiempo, esta práctica puede facilitar el desarrollo de bacterias resistentes. 
El uso frecuente e inadecuado de los antibióticos puede hacer cambiar a las bacterias u otros microbios, de tal modo que los antibióticos dejan de ser útiles para luchar contra ellos. Debido al abuso de los antibióticos, algunas bacterias se han vuelto resistentes incluso a los antibióticos más potentes que existen en la actualidad. 
Los plaguicidas son compuestos químicos que han aportado beneficios al ser humano a través de los tiempos, usados básicamente para el control de las enfermedades en el hombre y las plagas en la agricultura, y que en la actualidad aún son prioritarios para su utilización en áreas específicas.
Se ha acumulado suficiente evidencia de los riesgos que conlleva el uso excesivo e indiscriminado de los plaguicidas para la salud y el ambiente, riesgos que además comprometen la sostenibilidad de los sistemas agrícolas, por lo que corresponde políticamente a los gobiernos, su uso racional, aplicar medidas de mitigación ante los efectos causados a la salud y el medio ambiente y encontrar alternativas para su control.
Los instrumentos internacionales como el Convenio de Rótterdam, que limita el comercio de plaguicidas muy peligrosos y el código de conducta de la FAO sobre plaguicidas, alientan cada vez más a las autoridades nacionales de reglamentación a reexaminar la gama de insecticidas que autorizan en el país. También se recurrirá a la cancelación de insecticidas muy peligrosos, el acortamiento del período de inscripción en el registro, la promoción del MIP, la utilización de evaluaciones de riesgos comparadas y a modos de acción común en las decisiones reglamentarias. A partir de los convenios internacionales, en Cuba se implementan una serie de regulaciones y normativas intersectoriales regidas por el estado con el objetivo de controlar el uso indiscriminado de plaguicidas químicos en todas las esferas, y proporcionar nuevas alternativas de control biológico para este fin.

 
 

Referencias:
http://bvs.sld.cu/revistas/hie/vol52_3_14/hig10314.htm